Pese a que hay medicación disponible para todos, de las 11.500 personas diagnosticadas con VIH, unas 8.100 se encuentran bajo tratamiento, mil más que en 2017.
Los expertos aseguran que el estigma perdura y no les permite acercarse a un servicio de salud. El año pasado se diagnosticaron 988 nuevos casos.
El mayor incremento se dio en el grupo etario de 15 a 24 años, en quienes habría bajado la percepción del riesgo.
Cómo cada 29 de julio, Día Nacional del VIH Sida, el Ministerio de Salud Pública (MSP) organizó una jornada de reflexión en su sede central con la presencia del titular de la cartera, Jorge Basso; el subsecretario Jorge Quian; la directora general de Salud, Raquel Rosa; el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Uruguay, Giovanni Escalante y el asesor del Fondo de Población de Naciones Unidas, Juan José Meré. En la oportunidad se presentaron los datos actualizados de la situación epidemiológica del país.
De 11.500 personas diagnosticadas, 8.100 están en tratamiento. En 2017 eran menos de 7.000. La responsable del Área Programática ITS Sida del MSP, Susana Cabrera, destacó que que toda persona que requiera los medicamentos puede acceder sin costo en el sector público y con un ticket moderador en el privado.
La jerarca aclaró que aún resta trabajo por hacer para alcanzar la meta trazada del 90 % de personas en tratamiento en 2020. Explicó esa diferencia en la cobertura en la resistencia de algunas personas a consultar.
En 2018 se diagnosticaron 988 casos, dos tercios de ellos eran varones. La tendencia de diagnósticos venía en descenso, pero en el último año creció. Esto se explica en la realización de 130.000 test de detección más que en 2017. “Si calculamos el número de personas que diagnosticamos con respecto a los test hechos, veremos que se mantiene el mismo porcentaje. Un 0,2 % de las personas que se testean son positivas”, indicó.
El grupo etario en el que más aumentaron las infecciones es el de entre 15 y 24 años. Para revertirlo se evalúa la estrategia de prevención porque “ya no alcanza con hablar solo del condón, que es el método ideal de prevención. Es importante seguir teniéndole respeto al VIH para evitar la infección”, argumentó.
Cabrera informó que existen métodos alternativos, consideradas innovaciones que se deben comenzar a contemplar como por ejemplo el uso de fármacos antirretrovirales orales (pastillas). Lo llaman “prevención combinada”. “Así como en el embarazo se habla del preservativo y anticoncepción o el DIU, estrategias que se combinan, en el VIH cada vez hay más evidencias de que es posible complementarlas”, agregó.
Esta modalidad es para poblaciones con mayor exposición vinculada a sus prácticas sexuales, más que por la identidad de género o la orientación sexual. “Hay varones gays que tienen más probabilidad de tener VIH porque tienen múltiples parejas sexuales, lo mismo que puede ocurrir entre mujeres heterosexuales”, aclaró. Puso como ejemplo de estos casos las personas que no tienen pareja estable y no usan siempre preservativo, quienes están en situaciones de abuso y no pueden negociar el uso del condón.
Si bien la medicación está en el país, y se utiliza en el grupo de mujeres embarazadas con parejas serodiscordantes, los programas aún no están implementados, pero se trabaja en su planificación. “No es una prestación, pero la persona lo puede adquirir a nivel privado”, aclaró.
Fuente: www.presidencia.gub.uy